Me duele la rodilla y la resonancia dice que tengo el menisco roto… ¿y por qué no me haces una artroscopia?

Cada vez son más frecuentes los pacientes que acuden a nuestra consulta, remitidos a través de su médico de cabecera, con una resonancia hecha, y con el diagnostico de tener uno o los dos meniscos rotos.  Ellos acuden a la consulta, pensando que una artroscopia solucionará su problema y convencidos de su lesión porque “es que la resonancia pone que tengo el menisco roto”!!!

Pero, no siempre va a ser así.  Vamos a explicar que son los meniscos y para qué sirven: 

Los meniscos son dos fibrocartílagos: uno externo con forma de anillo y casi cerrado y otro interno con forma de C. ¿Para qué sirve un menisco? El menisco tiene la función de amortiguación y estabilidad de la rodilla, absorción de impactos, etc. Se sitúan entre la tibia y el fémur. 

Las lesiones meniscales pueden ocurrir de diversas maneras, normalmente con giros de la rodilla con el pie clavado en el suelo, o tras una caída directa sobre la rodilla de impacto, pero no olvidemos que también los meniscos comienzan a romperse de manera degenerativa cuando empieza aparecer la artrosis. Y es aquí el problema, en este último caso, una artroscopia aliviará tu dolor? Pues digamos que temporalmente. Pero el problema no es en este caso la rotura meniscal, sino el desgaste de la rodilla. En múltiples estudios científicos, se ha visto, que una gran mayoría de personas por encima de los 60 años, tiene el menisco roto y no precisan cirugía del mismo.

Muchas veces nos encontramos con rodillas ya “pasadas” para hacer una artroscopia, porque el desgaste es demasiado y prácticamente el menisco existe, o esté completamente desestructurado. Vamos, que ya está en la ultimas. 

Si realizamos una artroscopia en este tipo de casos, quitaremos la mínima amortiguación que hace el menisco (aunque el pobre este roto) provocando seguramente una aceleración del proceso artrósico y desgaste de la rodilla en cuestión. 

¿Y si no hay artrosis y tengo el menisco roto? ¿Hay que operar sí o sí? No, la respuesta es no. 

Los criterios principales para operar un menisco, depende del dolor, de la gravedad de la rotura, la ubicación y el tipo de lesión meniscal que tiene.  Hablaremos de los tipos de lesión meniscales más adelantes. 

Mediante la exploración física y diferentes maniobras, por un especialista,  es donde se determinara si el dolor o molestia de la rodilla depende de ese menisco “roto” o no. La clínica es fundamental, tal como bloqueos, derrames articulares y dolor con la flexión de la rodilla y giro de la misma. 

Cada rotura meniscal es diferente en cada paciente. Y cada paciente puede tener unas necesidades vitales diferentes; no es lo mismo ser albañil, por ejemplo, que trabaja en posturas forzadas con las rodillas en flexión, que alguien que trabaje delante de un ordenador. 

Entonces, ¿se puede hacer vida normal con una rotura de menisco? Un gran número de pacientes hacen vida normal a pesar de tener un menisco roto. No olvidemos que, aunque este roto, si no duele, hace su papel de amortiguación. Hay que intentar mantenerlos siempre. 

¿Se puede hacer deporte con un menisco roto? 

Los deportes más explosivos, o de impacto, tales como el baloncesto o futbol, pueden que notemos más la lesión meniscal y no podamos realizar, y, sin embargo, deportes como la natación o el ciclismo que son menos lesivos para la rodilla y sea seguramente más fácil realizar. 

Habrá que adaptar tanto el deporte y los ejercicios que no provoquen dolor en la rodilla, evitándolas sentadillas profundas, y realizando modificaciones oportunas, que fortalezcan las áreas de alrededor de la rodilla sin agravar la lesión del menisco (toque tacón lateral, Captain Morgan, sentadillas búlgaras, fortalecimiento de isquiotibiales, y abductores de la cadera).